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miércoles, 1 de agosto de 2012

"Quiero ser gorda para casarme mejor"



MAURITANIA.- La delgadez estará muy de moda en Occidente, pero hay culturas, como en Mauritania, donde la gordura, y más en concreto la femenina, supone un "plus" de belleza y casi un requisito para casarse mejor.

En la región sahariana el ideal tradicional de mujer hermosa es ser gorda,la entrada en carnes En la región sahariana, desde el sur de Marruecos hasta el río Senegal, el ideal tradicional de mujer hermosa (aunque ahora comience a cambiar) es la entrada en carnes, y todo vale para ganar peso, casi un lema sería: 

"Quiero ser gorda para casarme mejor".

Afortunadamente, ya son anecdóticas las "granjas de engorde", donde en el pasado se recluía a niñas en un régimen de internado y se las alimentaba con una dieta hipercalórica de carnes rojas, mantequilla y leche de camella, hasta adquirir la consistencia necesaria para atraer al buen marido.
El engorde o «lebluh» Hoy en día los métodos de engorde son otros, mucho más modernos: casi nadie habla en público de ellos por ser un tema tabú y no hay campañas educativas para combatir el fenómeno, pero el engorde o "lebluh", como se llama en el dialecto local, es de sobra conocido.

Las jóvenes mauritanas recurren a pastillas o jarabes para ganar peso que se venden libremente en el mercado, sin necesidad de receta médica; a veces, recurren a productos de engorde animal.
Un gran número de mujeres suele comprar dichos medicamentos, cuyos precios son relativamente bajos, entre 400 y 1.200 uguiyas (entre 1,05 y 3,15 euros), según dijo a Efe un farmacéutico de una célebre farmacia en el barrio Carrefour de Nuakchot.
Según él, dichos medicamentos no presentan riesgos potenciales para la salud, salvo en caso de alergia.Medicamentos «saludables»

K.M.M. Salem, de 40 años, es de las que cree que esos medicamentos no son sólo inocuos, sino que además son "saludables" para las delgadas: "A mis treinta años tomé dichos medicamentos para combatir mi estado enclenque, que sufría desde mi infancia y que me acomplejaba delante de mis compañeras y de los hombres".

Salem recordó que las mujeres mauritanas de antaño recurrían a las prácticas de obesidad a la fuerza para adquirir formas generosas antes de la edad de madurez, cosa que ahora rechaza categóricamente.
Para ella, tiene que haber una diferencia entre el cuerpo de un hombre "musculoso y tieso" y de una mujer "carnosa y suave", aunque esto sea diferente de la obesidad, que para ella es una enfermedad.
Muntagha uld Beyah, de 37 años, vendedor ambulante, considera a las mujeres flacas como sinónimo de "miseria y malnutrición". "Dichas mujeres sólo me dan pena, cómo quieres entonces que la quiera o me case con ella", se preguntó...



1 comentario:

  1. ¡¡Yo opto, definitivamente, por la opción más antigua!! ¡¡Comer!!! Imagínense qué horror: engordar a base de pastillazos o jarabes, guácatelas.

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