Por favor atrévete a ver esta foto con detenimiento. Pero de verdad mírala. Cada detalle. Cada zurco, cada hueco, cada arruga. Lo más seguro es que tú, querida lectora no te ves como ninguna de ellas.Y espero sinceramente que te grite bien claro que en la batalla de los gordos contra los flacos nadie gana.
Ahora haz memoria e intenta recordar cuando empezaste a comparar tu figura con la de otra persona.
¿Fue después de tener un bebé o de una enfermedad?
¿Fue en la preparatoria?
¿Al inicio de tu adolescencia?
¿O acaso cuando en el kinder conociste a tus primeras amigas?
¿Te das cuenta que lo sigues haciendo? En la calle, en la escuela, cuando ves la tele, cuando abres una revista, cuando miras el espejo y hasta cuando te pones tu ropa. ¿Te das cuenta que quizá ni recuerdas cuando fue la última vez que te comiste una pizza o unas galletas sin sentir que inmediatamente ibas a engordar?
Y ni hablar de todos tus intentos por bajar de peso. Un día o dos cumples de maravilla alguna dieta. Pero te sientes malhumorada y con antojos todo el día. Si "caes en la tentación" es lo peor. No hay manera de evitar que te sientas culpable, inflamada y arrepentida. Pero te prometes que es la última vez, te tomas un litro de agua de un jalón y confiada piensas que mañana "ahora sí" vas a ser fuerte.
Más o menos esa es la historia de todas. A veces en realidad no le damos importancia al asunto de nuestra imagen corporal y seguimos adelante con nuestra vida, pero tarde o temprano algo nos hace volver a la deprimente rutina de compararnos con otras e irnos de un extremo a otro de la balanza. Imagínate que padre sería si de una vez por todas te pudieras quitar el verdadero peso de encima: tu percepción negativa de ti misma.
Piénsalo bien. ¿Por qué no te comes ese pedazo de pastel (pay de queso o lo que sea que te guste)? Porque tiene azúcar, el azúcar es un carbohidrato que se convierte en grasa y si no gastas las calorías que contiene se acumularán en tu cuerpo y aumentará su volumen. En otras palabras, engordarás. ¿Por qué lo quieres evitar? Si estás pensando en tu salud, te felicito, pero salvo personas con obesidad grave o diabetes, no creo que esta sea la razón verdadera. ¿Por qué no comes el suculento postre que engorda? Porque te quieres ver "bien".
Te quieres ver bien, quieres ser delgada, quieres estar bonita y sentirte bien con tu cuerpo, un cuerpo bello. ¿Y por qué aspiras a esta belleza? Porque quieres sentirte apreciada, ¿no es así? No seré una hipócrita, a mi me encantaría perder unos cinco kilos de peso ¿a quién no? Pero, ¿es sana nuestra manera de relacionar el peso y la belleza?
Hagamos todavía otra pregunta más incómoda,
¿es el reconocimiento de tu belleza la única manera de ser apreciada por otros? Pfff.
Te propongo algo. Antes de complicarnos más (porque sé que tienes mucho qué hacer) supongamos que sí, la belleza es el único motivo por el que los demás te aprecian. Pero te diré un secreto, la belleza está en el ojo del observador.
A lo mejor crees que hablo de clichés, pero tú y yo sabemos que es cierto. Cada quién tiene su propia concepción de lo que es bello y lo que no lo es.
Suena del sentido común, pero por algo la filosofía ha estudiado por siglos la evolución de nuestras visiones de la belleza por medio de la estética. La definición de la belleza es relativa, cambiante y pocos factores prevalecen con el tiempo.
Entonces, si tú puedes construir tu definición de belleza y si lo bello puede ser lo que tú quieras, ¿por qué no quieres que tu cuerpo sea bello? ¿por qué no hacer tú cuerpo la definición de la belleza? ¿Quién te dírá que no lo es? ¿La tele? ¿Un amigo más obsesionado con su peso que tú? ¿Vogue, Cosmo, Seventeen?
Que te parece si hoy tú decides. Nomás por un momento no les hagas caso. A fin de cuentas, ¿qué saben ellos? Te ayudaré un poco a ignorarlos, con algunos datos útiles:
¿Sabías que debido a que la raza humana necesita reproducirse para sobrevivir y mejorar la especie, las personas se sienten más atraídas físicamente a los cuerpos saludables (sin importar que tan alta, chaparra o curvilínea seas)?
¿Sabías que dejar de comer un día no te hará adelgazar y comer pan un día no te hará engordar?
¿Sabías que tener un cuerpo de ensueño no te garantiza ser feliz, sacar buenas notas, tener un buen trabajo, encontrar una buena pareja y pasártela de fábula con tus amigos y tu familia?
¿Sabías que el cuerpo que tienes ahora, no te impide, de ninguna manera, lograr estas cosas?
¿Sabías que cuando tu novio te abraza lo último que piensa es en si tu pantalón te hace llantita o no?
¿Sabías que cuando tus amigos están riendo contigo les importa un comino si la báscula marca 51, 64 o 72 kilos?
¿Sabías que cuando haces tu examen de la universidad no importa si tu piel tiene acné o si tu cabello tiene puntas abiertas?
¿Sabías que la forma y el grueso de tus muslos no afectan tu capacidad de disfrutar un libro, pintar un cuadro, escribir un cuento o tocar un instrumento?
¿Sabías que cuando estás con un chico lo más seguro es que esté tan feliz que ni se acuerde de lo que son las estrías ni se pondrá a medir la firmeza de tu abdomen, ni te correrá a patadas si no eres talla chica, cero o petite?
¿Sabías que lo más seguro es que tú ni tus primos, ni tus amigas, ni tu crush, ni tu maestro de educación física han visto en la vida real una chica tan perfecta como las de las revistas?
¿Sabías que sólo el dos por ciento de las mujeres se creen hermosas?
Yo estoy harta de no sentirme bonita nomás porque no me veo como alguien en específico. Yo decidí que hoy mis curvas, mis pecas y mis sonrisa coqueta son más fuertes que mi pancita (y nada más, porque no me atrevo a construirme más defectos).
¿Tú quieres seguir construyendote defectos? ¿No prefieres estar sana (hacer lo que tengas que hacer para llegar ahí) pero sin dejar de disfrutar una nieve de vez en cuando, tirar la hueva el domingo, ponerte la ropa que quieras sin pensar en el qué dirán? Sobretodo, ¿no quieres disfrutar de todas las cosas que te pierdes por pensar en lo triste que te pone tu cuerpo?
Que sermón tan largo, pero espero que algo de lo que escribí hoy especialmente para ti, lo recuerdes y lo hagas parte de tu vida. Ándale, quítate el peso de encima, sólo tú puedes decidir y creer que eres bella así como estás ahorita. Puedes ser flaca, llenita, alta, pequeña, robusta, gorda, nalgona, plana, tetona, grande.
Ninguno se pelea con la belleza, pero depende ti creerlo y hacerlo parte de tu realidad. Si además quieres hacer ejercicio y comer más sanamente, qué bueno, pero no sientas remordimientos cuando no sea posible hacerlo. Si ya eres libre e hiciste las paces contigo, me da gusto. Si te vale madre y más bien te enfadé, qué pena. Si cambiarás algo en tu percepción, cumplí mi cometido. De cualquier manera espero que decidas lo que te haga más feliz porque como dijo Audrey Hepburn "las chicas felices son las más bonitas".
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publicado el
lunes, 9 de mayo de 2011
Publicado por Poly en 19:28 visita su blog aqui
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